Rojo pausado de tu boca.
Mi aliento enfermizo
quiere ir más veloz
que cualquier ráfaga de sueño
cuando toque la noche.
Tu timidez de árbol
no se desnuda...
aún tiene ramas
de esas que no absorben
el color otoñal.
El ve la luz Y yo le oigo. Me es como si viniera hacia nosotros con los pasos del un dos tres cua, un dos tres... No se si es imaginar...
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