quizás a ti misma
no te ves
aunque sobren espejos.
Es la luz
que ciega,
o la sombra
que te adjudica
una mentira
que cae
sobre tus espaldas.
Ambas...
No eres igual.
Y todo
lo revuelve
el que cree
ser cómplice
del viento.
¡Quien será
que se esconde
como cobarde!.
No lo se.
Cuando tenga
un rato
lo buscare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario