Extraño

Te quiero y eres mi poesía.

mi pupila no se cansa de mirarte 

pero plasmarte necesito

 en el olvido extraño de mi muerte.

Por eso es extraño.

Desertor de amores

Restos de una vida en una calle de medias largas el cansancio, oscuro... vacío...

Retirada de la memoria despojándose de su propio cuerpo. 

Caído en una guerra sin lucha.

XXI

La mañana se resbala bajo las sabanas.
Sol de azul caliente...
Que cojió el color del mar.
Y de frente se impuso una nube.

Puso en mis ojos blancos
la rosa blanca, 
la más bella
jamas imaginable.
En mis pupilas 
quedaron dos mares.
Y mis pestañas 
dejaron ser mojadas.

XX

¿Quien solloza más que el mar, la lluvia, y el viento del invierno?

¡que vuelan las hojas más que los pájaros que emigran!

¿Donde posas tus manos?,

madera y carbón hacen fuegos,

vives en la cueva de florestas lejanas.

¿Donde dejas posadas tus armas?

hoy arrastran turbios los pensamientos,

vives en la cueva de la invención de las anjanas...

¿Donde va hacia ti el ocaso

cuando posas tu niño de teta

pidiendo permiso?,

¡ya quieren casarle majestad,

en tu trono brillante!

¿Si te vas a los astros

sabrías explicar el equilibrio?

XIX

Creyó que cantaba y le dicen: ¡es tartamudeo!.
Te dejo frente al mar descifrando este misterio.
Mi pregunta es veterana, y la respuesta es de ciegos,
La luna a cogido miedo a la noche,
ya no se la ve por ahí arriba.

XVIII

Caña de voz y gesto
sonríe
porque son mis dedos
que bailan con ella.

Caña de voz y gesto
y a la vez tiembla,
porque flores grises
enredaban sus pies
un minuto antes.

cuando me vaya

Tres álamos, una estrella,

unos cuando se sequen, la otra cuando caiga.

Ha florecido en circulo, ¡así es como te veo!, sobre ella... 

Pero agonizante, tristeza de hilo, blanco pañuelo en mano. 

Última... palabra, frase, poema, canción... 

Amor de acompañante.

Siempre...

Gasa pintada, es mi sangre...

Que llora más que de perderte.

Luchando con la edad, el tiempo, mochila en la espalda. 

Fue hasta que pudo ser.

Llegue a ser quien soy.

Siempre...

XVI

Bohemia... 
La tengo como mía...
Voz en grito, la jauría, entrada la noche.
Engrabiarme de flor.
Tierra de mujer...
Pues ya veo, la tome como mía...
Con su misma alegría después partía.
Era un día de los que nacen,
era un día de los que parten,
sin más conclusión.

XV

Los dibujos en los labios
de aquel niño
que en su primera caída gritaba...


Se me ocurrió llegar en su nombre.