Me encuentro bajo un temor
de heridas remotas
a siglos muertos.
Vuelves callada y virginal...
Palabras que viven
y no existen en ti.
Tarde...
En la tarde te alejas de mis brazos
ramas que desquebrajan mis sueños.
Me dejas arrinconado
y todo por no conocer
la voz de mis diarios.
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